Para
el ser humano saludar es un acto importante, es una muestra de cortesía y de
don de gente. En una sociedad cada vez menos conectada en lo real, se hace
imprescindible el saludo, para propiciar una sana convivencia y un verdadero
encuentro.
Encuentro, desde la psicolingüística es el tratamiento dentro que le doy a mis manos dentro, específicamente
se refiere a la forma en que usted y yo nos damos la mano, eso que conocemos
como saludo.
En
primer lugar, debes saber que, el saludo tiene un carácter social, tanto para
el ser humano como para algunos animales. En lo social, se dice que, el saludo
no es protocolo, sino buenas maneras y forma parte del ceremonial.
Otros consideran que saludar
es la formula innata para asegurar la convivencia entre los miembros del grupo,
muestra simpatía por el otro. Para Nelson Torres presidente del Instituto
Venezolano de Psicolingüística, en su libro “El del Conflicto Soy Yo” se
refiere al saludo, como un gesto interhumano usado desde la diplomacia
más distinguida hasta el festejo del
éxito deportivo más transitorio,
funciona como una manifestación de
cariño, aprobación, júbilo, felicitación o de aceptación recíproca cuando
estamos enamorados.
Para
Jane Goodall, quien ha estudiado el comportamiento de simios, específicamente
chimpancés, explica que entre sus rituales están: el beso, los palmetazos en la
espalda, los abrazos, incluso el apretón de manos. La opinión generalizada
entre los otólogos es que, en esencia, el saludo tiene la función de evitar
enfrentamientos; es, por decirlo de alguna forma, una declaración de buenas
intenciones.
En
los humanos algunos incluso se atreven a hacer una división del
mundo en tres tipos de personas: las que saludan, las que no saludan y las que saludan selectivamente, sólo cuando a ellas las saludan previamente o sólo a determinadas personas. Lo que no saben estos dos últimos grupos es que, con su comportamiento, conculcan no sólo las más básicas reglas del protocolo universal, sino una fórmula innata para asegurar la convivencia entre miembros de un grupo.
mundo en tres tipos de personas: las que saludan, las que no saludan y las que saludan selectivamente, sólo cuando a ellas las saludan previamente o sólo a determinadas personas. Lo que no saben estos dos últimos grupos es que, con su comportamiento, conculcan no sólo las más básicas reglas del protocolo universal, sino una fórmula innata para asegurar la convivencia entre miembros de un grupo.
En
psicolinguistica, Nelson Torres en su Libro “El del Conflicto Soy Yo” expresa
el hecho de saludar como parte de un ritual que establecen las personas con una
comunicación simpática, el cual logra calar con muchísima rapidez en el entorno
en el que se encuentra y describe la comunicación ideal, aquella que denomina
optima, describiéndola como la que propicia el verdadero encuentro con el otro.
Gran
parte de nuestros rituales de saludo, al momento de encontrarnos, incluye la
demostración de que vamos desarmados (saludo romano, apretón de manos,
palmotadas). Desmond Morris, argumenta que, entre los humanos, el origen del saludo podía estar en la caza. Al
separarse para salir en busca de presas, los hombres del grupo
se despedían expresivamente, ya que la supervivencia del grupo dependía de
la de cada uno. No es así de extrañar que, al reencontrarse, manifestasen su
alegría al verse.
Saludar,
supone abandonar nuestro territorio para ir al encuentro del otro y mostrarle
que le reconocemos como miembros de nuestro grupo, que no le tememos y que no
tiene por qué temernos. Por eso, incluso hoy, la ausencia de saludo puede ser
vista, de forma casi inconsciente, como una agresión.
La
invitación es a que hoy establezcamos encuentros cálidos y humanos en cada una
de las estancias que visitemos. Vayamos hacia el encuentro
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